En la Terapia Gestalt tenemos en cuenta la Totalidad del Ser, todas sus dimensiones: a) Corporal: formada por las sensaciones corporales, los sentidos, la sexualidad, el cuerpo, el contacto físico, la respiración,… b) Emocional: ¿Cómo percibimos y vivimos las emociones? Alegría, amor, rabia, tristeza, miedo, … ¿nos las permitimos? ¿las reprimimos? ¿las prejuzgamos? c) Mental: formada por la razón, por lo intelectual, por nuestros pensamientos, por ideas sobre nosotros mismos, los demás y la vida, … d) Espiritual-Transcendental: formada por las creencias y valores más importantes, los cuales nos proporcionan una actitud determinada en nuestro vivir, esta parte también se relaciona con factores existenciales (¿Quién soy? ¿cómo entiendo la vida? ¿cuál es mi función-misión? Etc.). Estas 4 partes han de funcionar en armonía, han de fluir. Ninguna ha de ser más importante que las otras. Será la vivencia del momento presente la que priorice una de ellas sobre las otras. En la Terapia Gestalt resaltamos la Toma de Conciencia (el Darse Cuenta): Tomar conciencia de algo es estar en contacto con lo que pienso, siento y percibo, con lo que surge en cada momento de mi experiencia. Dejamos libre paso a las experiencias presentes sin juzgarlas ni criticarlas. No interpretamos ni buscamos la causa de lo que nos pasa, sólo nos permitimos escuchar, sentir y darnos cuenta de qué y cómo ocurre la experiencia que estamos teniendo. Es en ese momento (ese Aquí y Ahora) cuando realmente llegamos a comprender profundamente qué nos está pasando, de dónde viene, qué necesitamos y, con ello, obtenemos el impulso y la energía para avanzar, crecer y vivir plenamente. Nada existe excepto el Aquí y el Ahora. El Ahora es el presente, el fenómeno (lo que ocurre), ya sea que estemos recordando o anticipando, lo estamos haciendo ahora en este preciso momento. El pasado ya no es, el futuro aún no es, sin embargo en nuestro ser actual acarreamos muchas cosas del pasado (situaciones inacabadas como duelos, carencias afectivas, dependencias emocionales, prejuicios, represión, etc.). En Terapia Gestalt trabajamos en el Aquí y Ahora de la sesión, partiendo de lo que el cliente-paciente piensa, siente y percibe en el momento presente, con ello revive y actualiza esa situación inacabada (revive el pasado de forma consciente) y con la ayuda del terapeuta, y las técnicas que utiliza, el paciente aprende a vivir de forma distinta el presente. La energía que ha liberado al sanar su pasado la puede utilizar para transformar su presente. El proceso terapéutico por lo tanto es vivencial, pedimos al paciente que se vivencie sí mismo lo más posible, tanto como pueda, en el Aquí y el Ahora, para que se dé cuenta de sus gestos, de sus sensaciones, de sus emociones y pensamientos que surgen en el momento presente. Lo más habitual es que le cueste hacerlo y entonces surgirán los modos en los que el paciente evita ser y estar en el presente (los llamados mecanismos de defensa o de adaptación). En la terapia el paciente se va dando cuenta de que él mismo es el que se interrumpe, el que evita estar en el presente, es él quien evita utilizar sus capacidades. Al darse cuenta comienza a dejar de culpabilizar otros por lo que ocurre (padres, pareja, jefes, etc.), reconoce cómo se autoboicotea inconscientemente, asume la responsabilidad de sí mismo y consigue el poder de transformar su vida. En resumen, la Terapia Gestalt sirve para aprender a vivir aquí y el ahora (ocuparse del presente), dejar de imaginar, fantasear o proyectar y en su lugar experimentar lo real, responsabilizarnos plenamente de nuestras acciones, sentimientos y pensamientos, así como lograr aceptarnos tal y como somos.